EDUCACIÓN: EN CASA NO HAY REGLAS, HAY PRINCIPIOS

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Uno de los temas que más quebraderos de cabeza nos traen a las madres y padres (primerizos o no) es el cómo establecer límites en la educación de nuestros hijos. La mayoría estamos de acuerdo en que de algún modo debemos establecerlos, no todo está permitido… Pero el cómo, ya es más complicado decidir. Pues bien, hoy os explico nuestra forma de establecer límites sin usar reglas o normas.

Hay quien tiene una lista de normas o reglas a cumplir. Sin ir más lejos, la mayoría de guarderías de nuestro entorno (Escocia) tienen siempre bien a la vista una lista con todas las reglas a cumplir por los niños: no correr dentro de las aulas, no chillar, no pegar… Los problemas de quedarnos únicamente con una lista de normas son varios. Por un lado, a medida que los niños crecen y nos movemos por más ambientes y en diferentes condiciones, la lista se va haciendo cada vez más y más larga, más difícil de memorizar. Por otro lado, si los niños no entienden el porqué de determinadas reglas les estamos haciendo más difícil el interiorizar el funcionamiento de la sociedad que les rodea. Las reglas acaban siendo algo arbitrario, externo, que tienen que memorizar y respetar, sin entender muy bien el porqué.

 

Así que nosotros, al principio, optábamos por explicar a nuestros hijos el porqué de las normas: no puedes jugar con el enchufe porqué podrías hacerte mucho daño, hacemos silencio en la biblioteca porqué no queremos molestar al resto de personas que prueban de leer… ¿Y qué hay de malo en ésta técnica? De entrada nada pero, personalmente, siento que podemos ir un poco más allá y dejar que sean nuestros hijos los que evalúen cada situación y deban hacer elecciones.

 

Si nos atrevemos a dejar las normas de banda y nos pasamos a unos principios, les daremos una nueva oportunidad a nuestros hijos. Pero, ¿A qué me refiero a principios? Los podríamos entender como los valores que nos dicta nuestra consciencia.

 

Para que nos quede algo más clara la diferencia entre las reglas y los principios vamos a analizar la definición de la Real Academia de la Lengua Española:

 

Regla.

Aquello que ha de cumplirse por estar así convenido por una colectividad.

 

Principio.

Base, origen, razón fundamental sobre la cual se procede discurriendo en cualquier materia.

Norma o idea fundamental que rige el pensamiento o la conducta.

Así, entiendo las reglas como algo externo a la persona (decidido por otras personas, no por uno mismo) mientras que los principios representan motivaciones internas. Extrínseco vs. Intrínseco.

Además, mientras que las reglas necesitan de varias palabras, los principios podrían resumirse en una palabra: amabilidad, respeto, seguridad, salud…

Pues bien, en nuestra casa nuestros principios básicos son tres. Pueden explicarse de forma más o menos compleja en función de la edad de nuestros hijos:

  1. Mantener la integridad física de nuestra persona (Seguridad)
  2. Respetar la integridad física y emocional del resto de personas (Respeto)
  3. Respetar los bienes materiales (Respeto)

 

Como he dicho, en función de la edad del niño, adaptaremos nuestro vocabulario y extenderemos nuestras explicaciones más o menos. Con mi hija de dos años uso explicaciones cortas y simples, con mi hijo de 11 años podemos pasarnos horas hablando a partir del análisis de una situación concreta.

 

Los principios facilitan mucho las cosas. ¿Qué os parece más fácil?

Tener varias normas que digan: no puedes jugar con enchufes, no puedes cruzar la carretera sin mirar, no puedes saltar por la ventana desde un tercer piso, no puedes sacar la cabeza por la ventanilla del coche cuando estamos en marcha…

Que nuestros hijos entiendan que nos importa su seguridad (y que ésta empiece a su vez a importarles a ellos)

El hacer uso de unos principios «generales» permite que el niño deba analizar la situación para determinar cómo actuar. Por ejemplo, si mis hijos se ponen a jugar fútbol en el salón podría decirles:

  1. a) No está permitido jugar a fútbol en el salón
  2. b) No podemos jugar a fútbol en el salón porqué podríamos romper algo
  3. c) ¿Crees que es una buena idea jugar a fútbol en el salón? ¿Qué crees que podría pasar? ¿Tenemos otras opciones? ¿Estás siendo respetuoso?

 

Si iniciamos un diálogo podemos permitir que sean nuestros propios hijos los que identifiquen los riesgos de la actividad. Podemos romper algo, podríamos hacernos daño… Y podemos analizar qué alternativas hay. Podemos ir a jugar al jardín o, si es un día «especial», a lo mejor podemos despejar un poco el salón y jugar con una pelota blanda o un globo…

Si en lugar de aplicar la norma les incitamos a analizar y reflexionar estamos dándoles una gran oportunidad, la oportunidad de elegir. Al principio el adulto hará prácticamente toda la faena de reflexión pero poco a poco serán ellos los que tomaran decisiones por si mismos y serán capaces de analizar cada situación de forma independiente.

 

Remarcar también que los principios no son algo que tengamos que “enseñar” a los niños, me gusta más verlos como una herramienta para la toma de decisiones. La mejor forma de transmitírselos a nuestros hijos es usándolos nosotros mismos. Reflexionar en voz alta les ayudará a entender pero la mejor forma para que nuestros hijos sean respetuosos, es ser nosotros mismos respetuosos.

 

Personalmente, siento que apartar las reglas de nuestra vida y usar nuestros principios ha permitido que mis hijos comprendan mejor la sociedad en que vivimos. Precisamente el no tener en casa una lista de normas a seguir les permite, cuando vamos a un lugar dónde si la hay, entender el porqué y seguir las reglas sin problema. También entienden que a veces hay normas completamente arbitrarias (como tener que vestir de determinada forma para acceder a un local) o normas que pueden no seguir ninguno de nuestros principios… pero el haber tenido la oportunidad de analizar y decidir les hace sentir que ellos también forman parte de la sociedad, que ellos también tienen elección, y así, les cuesta menos respetarlas en los casos en que vienen dadas desde fuera.

¿Tenéis algún truco para establecer límites en la educación de vuestros hijos? ¿Qué pensáis de los principios en lugar de las reglas?

 

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